¿Qué es la Procrastinación y qué es la Precrastinación?"

Muy a grandes rasgos, la precrastinación se refiere a la tendencia de completar tareas antes de tiempo, mientras que la procrastinación implica posponerlas hasta el último minuto. Estas diferencias pueden tener un gran impacto en la eficiencia y el bienestar en el trabajo y en la vida cotidiana, por lo mismo es muy importante saber qué implican estas tendencias y cómo enfrentarlas. 

Profundizando un poco más, la precrastinación se basa en la urgencia de completar tareas de inmediato, a menudo sin considerar si es el momento más apropiado o eficiente para hacerlo.

"Los precrastinadores sienten la necesidad de marcar las casillas de sus tareas de inmediato, incluso si eso significa hacerlo altiro o sin una planificación adecuada".

David Rosenbaum, Psicólogo

Por otro lado, la procrastinación implica posponer tareas hasta el último minuto posible, casi siempre por falta de motivación, el miedo al fracaso o por evitar situaciones estresantes.

"La procrastinación se basa en el acto de retrasar o posponer tareas importantes a pesar de conocer las consecuencias negativas asociadas con la demora".

Tim Pychyl, Psicólogo

Estudios han demostrado que tanto la precrastinación como la procrastinación pueden tener efectos negativos en la productividad y el bienestar emocional.

Si te gustó esta nota, te invitamos a leer: ¿Cómo mantener la concentración y evitar las distracciones en el trabajo?

Es más, la Universidad de Sheffield encontró que la precrastinación puede llevar a una planificación y ejecución deficientes de tareas, mientras que la procrastinación se relacionada a altos niveles de estrés y ansiedad.Para demostrar bien la diferencia entre estos dos conceptos, imaginemos a dos empleados que trabajan en la misma oficina: 

Ana, la precrastinadora, que siempre busca completar sus tareas tan pronto como sea posible, muchas veces sacrificando la calidad por la velocidad.

A Ana, le suele pasar que se encuentra con mucho tiempo libre dentro de su jornada laboral, ya que sacó todas sus tareas a tiempo. Pero, a pesar de que tiene tiempo libre, su jefatura le ha criticado que algunas de sus entregas en el trabajo han sido desprolijas, con errores de cálculos u ortográficos.

Por otro lado, tenemos a Juan, el procrastinador, quien pospone constantemente lo que tiene que hacer hasta el último minuto, lo que resulta en una ansiedad innecesaria y una calidad de trabajo inferior. (debido a que termina ejecutando sus tarea contra el tiempo). Juan no suele tomar medidas para evitar la procrastinación, por lo que cuando llega el momento de realizar pequeñas tareas, toma su teléfono y se pone a revisar Instagram o se pone a ver las fotos antiguas de su celular.

Por lo mismo, cuando llega el día previo a la entrega de la tarea encomendada, Juan comienza con la sensación de estrés laboral debido a una errónea toma de decisiones.

¿Cómo abordar ambos casos?

Sabemos que puede ser que alguna vez te hayas visto envuelto en alguna situación de precrastinación o procrastinación. Por lo mismo desde Pluxee te daremos 3 consejos para que abordes cualquiera de los dos casos.

1. Cultiva la Conciencia Plena:

Para abordar la precrastinación, es importante cultivar la conciencia del momento presente y practicar la planificación estratégica.  Esto implica evaluar si completar una tarea de inmediato es realmente necesario o si puede esperar hasta un momento más adecuado.

2. Prioriza:

Además de la Conciencia Plena, es útil establecer prioridades y utilizar técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, que divide el trabajo en intervalos de tiempo más manejables, fomentando la concentración y la eficiencia.

3. No te apures si tienes tiempo:

Si tu plazo de entrega es amplio, no tienes por qué terminar la tarea el mismo día que se te fue dada. Tómalo con calma y divide lo que tienes que hacer en el plazo que te dieron. Esto te ayudará a hacer una entrega más prolija, pensada y detallada. 

Por otro lado, para abordar la procrastinación, es muy importante entender las causas que hay detrás de este comportamiento y desarrollar estrategias para enfrentarlas. Esto puede incluir identificar y desafiar pensamientos irracionales o temores que contribuyen a posponer las tareas, así como establecer metas claras y realistas para mantenerse motivado.  Por ende, te recomendamos:

1. Practica la Autocompasión:

Practicar la autocompasión y el perdón hacia uno mismo por los momentos de procrastinación puede ayudar a superar los sentimientos de culpa o incompetencia asociados con este hábito.

2. Busca ayuda o asesoría:

Buscar apoyo externo de colegas, jefaturas dentro de la jornada laboral o profesionales de la salud mental fuera de esta, también puede ser beneficioso para desarrollar hábitos más saludables de gestión del tiempo y la productividad.

3. Evita distracciones:

Trata de mantener lejos todo aquello que te distrae y te hace caer en la procrastinación. Evita ver redes sociales, revisar correos electrónicos u otras cosas por el estilo. Establece fechas límite en las que deberás tener listo tu trabajo, para así reducir el estrés de tu día a día y a fin de cuentas aumentes tu productividad.

A modo de resumen, tanto la precrastinación como la procrastinación pueden afectar negativamente nuestra productividad, bienestar y calidad de vida. Es por esto, que encontrar un equilibrio saludable entre la acción temprana y la gestión efectiva del tiempo es fundamental para maximizar la eficiencia y minimizar el estrés en el trabajo y en la vida diaria.

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