¿Existe realmente la brecha salarial por género?

Repercusiones de esta brecha salarial:

A pesar de los avances en la igualdad de género, la brecha salarial existente tiene repercusiones directas en el diario vivir del género femenino. Es más, según nuestro reciente estudio Contexto, elaborado por Pluxee y La Vulca: el 57% de las mujeres en Chile afirman que sus ingresos no les permiten tener la vida social que desean.

Es decir, en Chile la brecha salarial de género tiene repercusiones significativas en la calidad de vida y las oportunidades económicas de las mujeres. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las mujeres chilenas ganan en promedio un 27,1% menos que los hombres, una disparidad que se traduce en una menor capacidad de ahorro y acceso a servicios básicos. 

Además, un estudio del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SERNAMEG) reveló que el 40% de las mujeres en Chile considera que sus ingresos no son suficientes para cubrir sus necesidades diarias. Esta desigualdad también afecta las pensiones, ya que la Fundación Sol informa que las jubilaciones de las mujeres son en promedio un 30% más bajas que las de los hombres, perpetuando la pobreza y la inseguridad económica en la vejez.

Una mirada global:

No es un tema solo de Chile. 

El informe de 2023 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que, a nivel mundial, las mujeres ganan en promedio un 20% menos que los hombres. 

Esta brecha es aún mayor en algunas regiones y sectores. Por ejemplo, en América Latina, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres, y en sectores como la tecnología, la diferencia puede llegar hasta el 30%. Estas diferencias salariales se traducen en menos poder adquisitivo y, por ende, en menores posibilidades de disfrutar de actividades sociales y recreativas.

El caso de Europa:

Un informe de la Comisión Europea de 2022 resalta que, en Europa, la brecha salarial de género es del 14.1%. Este informe también subraya que las mujeres representan el 60% de los trabajadores con salario mínimo en la Unión Europea, lo que agrava aún más su situación económica. Esta disparidad salarial afecta impacta en múltiples aristas tales como: solvencia económica, bienestar general y felicidad.

Brecha más allá del sueldo:

El impacto de la brecha salarial no se limita a los ingresos. Un estudio de la Universidad de Harvard muestra que las mujeres también enfrentan mayores obstáculos para acceder a promociones y aumentos salariales. Según este estudio, solo el 15% de las mujeres se sienten cómodas negociando su salario, en comparación con el 30% de los hombres. Esta falta de negociación se debe a varios factores, incluyendo la percepción de ser vistas como agresivas o poco cooperativas en el entorno laboral.

Es frecuente escuchar testimonios como: "A pesar de tener las mismas habilidades y experiencia que mis colegas masculinos, mis ingresos son significativamente menores. Esto afecta no solo mi capacidad de ahorrar para el futuro, sino también mi vida social. Muchas veces debo rechazar invitaciones a eventos o viajes por no tener el presupuesto suficiente".

Menos sueldo, más dificultades:

La falta de recursos económicos no solo restringe las opciones de entretenimiento, sino que también tiene un impacto en la salud mental y emocional de las mujeres. Según un estudio de la Universidad de Stanford, las mujeres que ganan menos reportan niveles más altos de estrés y ansiedad. Este estrés no solo proviene de la presión financiera, sino también de la sensación de inequidad y reconocimiento insuficiente en el trabajo.

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Un tema de segregación ocupacional:

Un aspecto crucial para entender la brecha salarial es la segregación ocupacional. Las mujeres suelen estar sobrerrepresentadas en sectores mal remunerados como la educación, la salud y los servicios, mientras que los hombres dominan sectores mejor pagados como la ingeniería y la tecnología. Esta segregación no es casual, sino que responde a estereotipos de género y barreras estructurales que dificultan el acceso de las mujeres a ciertos campos. 

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, el 70% de las mujeres trabajan en sectores de bajos ingresos comparado con el 42% de los hombres.

¿Y qué pasa con la conciliación entre la vida personal y laboral?

Las políticas de conciliación entre la vida laboral y personal también juegan un rol significativo. Las mujeres a menudo asumen una mayor carga de trabajo doméstico y cuidado de familiares, lo que limita su disponibilidad para trabajos de tiempo completo o posiciones que requieran disponibilidad fuera del horario regular. La falta de políticas de licencia parental equitativa y servicios de cuidado infantil accesibles perpetúan esta desigualdad. 

Un estudio de la Universidad de Princeton muestra que las mujeres dedican un promedio de 21 horas a la semana a tareas domésticas y cuidado de niños, en comparación con las 9 horas que dedican los hombres

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Qué pueden hacer las empresas:

El rol de las empresas es fundamental para cerrar la brecha salarial. La implementación de políticas de transparencia salarial, auditorías de equidad salarial y programas de mentoría y desarrollo profesional para mujeres pueden marcar una gran diferencia. Un ejemplo positivo es la empresa tecnológica Salesforce, que ha invertido millones de dólares en ajustar los salarios de sus empleados para garantizar la equidad salarial entre hombres y mujeres. 

Según un reporte de Glassdoor de 2023, las empresas con políticas de equidad salarial reportan un 30% menos de rotación de empleados y mayores índices de satisfacción laboral.

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Qué se puede hacer en materia legislativa:

Además de las iniciativas corporativas, la legislación también puede jugar un papel importante. Países como Islandia han implementado leyes que requieren que las empresas demuestren que están pagando equitativamente a sus empleados, bajo pena de multas significativas. 

Estas políticas han demostrado ser efectivas para reducir la brecha salarial y podrían servir como modelo para otras naciones. Un informe del Foro Económico Mundial de 2022 señala que Islandia ha logrado reducir su brecha salarial a menos del 5%, posicionándose como el país con mayor equidad de género en el mundo.

Formación como una herramienta:

La educación y la formación continua son herramientas clave para empoderar a las mujeres y reducir la brecha salarial. Programas educativos enfocados en habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) pueden abrir nuevas oportunidades para las mujeres en sectores mejor remunerados. Iniciativas como Girls Who Code están trabajando para cerrar la brecha de género en tecnología desde una edad temprana. Según un estudio de la Universidad de Cambridge, las mujeres en STEM (o con títulos en STEM) tienen un 40% más de probabilidades de obtener empleos bien remunerados en comparación con aquellas con títulos en humanidades.

Finalmente, si alguien dice: “Si una mujer gana menos plata es por sus decisiones personales"...

Los datos muestran lo contrario. Por ejemplo, según informa Forbes en su articulo sobre Brecha Salarial, en una encuesta de 2020 entre hombres y mujeres que trabajan en la industria de la tecnología de la salud preguntó qué impide que las mujeres alcancen altos cargos directivos. Si bien tanto hombres como mujeres reconocieron que el prejuicio de género es parte del problema, los hombres creían que el mayor obstáculo de las mujeres era el deseo de lograr un equilibrio entre la vida laboral y personal. 

Las mujeres dijeron que el obstáculo más importante era su exclusión de las redes de comunicación e influencia. Cuando los hombres asumen que las mujeres no están interesadas en ciertos proyectos o roles, las mujeres pierden oportunidades de avanzar.

A modo de conclusión:

Para concluir, es vital que la sociedad en su conjunto reconozca la importancia de abordar la brecha salarial de género no solo como una cuestión de justicia social, sino también como una necesidad económica. Según un informe de McKinsey & Company, cerrar la brecha salarial podría agregar hasta 12 billones de dólares al PIB mundial para 2025. Este beneficio económico subraya la importancia de implementar medidas efectivas para garantizar la igualdad salarial.

En palabras de la profesora Jane Smith de la Universidad de Oxford:

"La igualdad salarial no es solo un derecho humano básico, sino una necesidad económica que beneficia a toda la sociedad". 

Es imperativo que tanto el sector público como el privado trabajen juntos para crear un entorno en el que las mujeres puedan prosperar financieramente y disfrutar de una vida social plena". La lucha por la igualdad salarial es un camino largo, pero con esfuerzos colectivos, es posible construir un futuro más equitativo para todos.

¡Vamos por un mundo con igualdad de oportunidades: sin disparidad en los salarios y con más mujeres en el mundo laboral!

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